Emergencia espiritual
2016-11-21
1. Oración inicial
Señor, dame la fuerza y la capacidad de andar en integridad en todos los aspectos de mi vida, anunciando tu Palabra con amor y un corazón arrepentido. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.», Ezequiel 3:16b-21
3. Reflexiona
En muchas calamidades naturales se hubiera podido evitar miles de muertos si las personas y autoridades del lugar hubieran acatado las recomendaciones e incluso el llamada de emergencia para desalojar el lugar, tal es el caso del desastre de Armero, Colombia, en 1985. La Biblia es el único libro de millones de textos de literatura, que predice claramente siglos antes, lo que ha sucedido y va a suceder en la humanidad. También es el único libro que nos enseña la causa de nuestra condición actual, de los pleitos, dolor, guerras; esto es el pecado. Denunciar el pecado de la humanidad no se trata de juzgar a los demás o de una falsa moral, sino de permitir que Cristo more en nuestra vidas y las vidas de los demás. Ya que siendo predicado y aceptado, Él es el único que puede borrar el pecado de nuestras vidas, y quitar su influencia sobre nosotros. Su palabra nos enseña en 1 Pedro 2:24 “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
No hay otra manera de evitar que el pecado no destruya mi vida, solamente entregando mi confianza y mi esperanza en Jesús. Hoy clamemos a Él para que tome el control de mi vida y la vida de las personas a quien podamos llevar este mensaje de salvación. Es un llamado de emergencia que necesita la humanidad urgentemente, es un llamado de vida o muerte, es el llamado que salva vidas para llevarlas una eternidad con Dios, a través de la palabra de Dios. Tenemos por tanto la palabra de Dios que salva vidas: si vemos el desastre inminente de las familias, y del mundo, ¿nos quedaremos en silencio?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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