Elección de la bendición (obediencia)

Señor dejo mi orgullo de creer que no me equivoco, y acepto que cometo decisiones precipitadas y equivocadas en muchas ocasiones. Hoy reconozco mis errores y no los oculto más. Tomo tus mandamientos, y los gravo en mi corazón, para poder hacer como tú quieres. Elijo tu sabiduría, pues tú conoces lo que es mejor para mí. Tu forma de actuar está por encima de a la mía, elijo apegarme a tus planes, y sé que veré resultados superiores. Gracias Dios por mostrarme un camino superior

No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal

No hay mayor enemigo para el temor del Señor que la arrogancia de nuestra propia sabiduría.
Temer a Dios significa obedecer a Dios. Dios sabe lo que es correcto y lo que es bueno. Dios está profundamente interesado en el ser humano, al punto que ha dado mandamientos para protegerlo. En la mente del hombre hay una pelea de dos opciones, obedecer a Dios o hacer al modo del ser humano. Ambas opciones traen resultados. El obedecer a Dios resulta en bendición, pero obedecer a la propia opinión resulta en maldición.
En Isaías 5:21 nos dice: ¡Ay de los sabios a sus propios ojos e inteligentes ante sí mismos!