El vestido con que Dios quiere que te vistas
2016-08-08
1. Oración inicial
Señor ten piedad de mí, y límpiame de mi pecado, quita mis vestiduras viles y vísteme como escogido de Dios, santo y amado. Con el mejor vestido que pueda tener. Lléname de la presencia de tu Santo Espíritu, con todo su poder y gloria. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto”, Génesis 3:7-8
“Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala”, Zacarías 3:3
3. Reflexiona
Dios quiere que su iglesia se vista de gala. Con un vestido sin mancha y sin arruga. Esto solo se puede, si no nos escondemos de la presencia de Dios, si permanecemos llenos del Espíritu Santo. La presencia de Dios se puede asemejar a un vestido. David al pecar se sintió desnudo y le dijo al Señor: “No quites de mi tu Santo Espíritu”. La realidad es que aunque el Espíritu Santo mora en cada creyente, este puede ser contristado o apagado. Lo que impide que se manifieste su presencia en él.
En el pasaje de Génesis, Adán perdió la presencia de Dios, cuando pecó. Y lo primero que descubrió era que se encontraba desnudo. El vestido de la Gloria de Dios se había ido, y también lo noto su mujer. La Palabra dice que “ambos conocieron que estaban desnudos”. Lo más triste es que otros pueden ver nuestra desnudez espiritual, y no verán nada grato.
Adán se sintió tan avergonzado, que cosió vestidos de hojas de higuera para él y su mujer. Esto es lo que muchos hacen cuando no están cubiertos por la presencia de Dios. Cosen hojas de higuera como: La religiosidad, el legalismo, la apariencia externa y farisaica. Usan máscaras que cubren su desnudez espiritual.
El único vestido que la iglesia debe tener y otros deben notar, es que estemos llenos de la presencia del Espíritu Santo. Este era el requisito para los que querían servir en la iglesia primitiva.
El vestido con que Dios quiere que nos vistamos es como el que dice Zacarías 3:3, el vestido dado por Dios. Es tiempo de quitarnos las vestiduras viles, que impide que seamos llenos del fruto de su Espíritu.
Recuerda que si desobedecemos. Lo primero que notaremos será nuestra desnudez y después como Adán, nos esconderemos de la presencia de Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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