El verdadero cristiano
2016-04-13
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de Jesús, enséñame a ser un verdadero seguidor de Cristo, un hombre sin nada que ocultar, que maneja con precisión la palabra de verdad y que se mantiene constante a pesar de persecuciones, tribulaciones, murmuraciones; guíame Padre con tu Espíritu y tu palabra por el sendero amoroso de tu voluntad
2. Lee la palabra de Dios
«que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.», 2 Corintios 4:8-10
3. Reflexiona
El verdadero cristiano no es un ser perfecto que no se equivoca, ni que nunca comete errores; aunque cada día nos perfeccionamos y santificamos en su verdad, esto no quiere decir que no tomemos malas decisiones, que no nos enojemos, que no nos pongamos tristes, que incluso no caigamos en tentación. El plan ideal del Padre es que el hijo prodigo siga junto a el, pero muchos de nosotros nos hemos alejado; pero con lasos de amor nos atrae nuevamente. Pero una cosa si diferencia al verdadero cristiano: que nunca se rinde, siempre persevera, si cae se levanta y continua hacia la recompensa prometida, y cada día persiste en el conocimiento de la palabra, porque anhela estar santo y sin mancha delante de Dios.
El verdadero cristiano, aunque se halla alejado, siempre regresa al redil; en contraste el mundo religioso pinta un cristiano irreal, disfrazado de una falsa moral, que nunca le pasa nada, que nunca sufre, que nunca llora. En nuestra iglesia, la verdadera forma de crecer en amor y santidad es ser sinceros, buscar ayuda ante los ancianos de la iglesia (maduros espiritualmente) ante nuestras dificultades, debilidades y pecados. Ocultar un pecado es estancar nuestro crecimiento, desviarnos de su voluntad, es tan mala práctica como aparentar no tener pecado, según 1 Juan 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” Reconocer con sinceridad, pero no quedarnos allí, si no renunciar a aquello que no está de acuerdo a su verdad, pues su verdad nos santifica día a día.
Luego de reconocer y corregir, alineados a su palabra, un cristiano crecido y maduro ya no sufre por las consecuencias del pecado o por sus propias malas decisiones, si no que sufre solo por causa del evangelio de Cristo, sufre persecución pues es diferente en pensamiento y en sus acciones a lo que el mundo enseña.
Un cristiano verdadero está atribulado en todo, pero su esperanza y confianza está en Jesús. ¿Por qué un verdadero cristiano está atribulado, en apuros, perseguido, derribado pero no derrotado? Porqué cada día, tiene una lucha a muerte contra el pecado, crucificando sus deseos y pasiones, su egoísmo, para que Cristo viva en el y su propio “yo” ya no viva.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn