El velo fue rasgado
2025-04-18

1. Oración inicial
«Padre, gracias, gracias por tu Palabra que quita mi ceguera espiritual y derriba todo argumento que se levanta en contra de tu conocimiento; gracias porque conociéndola me haces libre de toda atadura y mentira; te alabo y te bendigo por tu precioso Hijo Jesús, por quien me has dado la libertad para acercarme ilimitada y confiadamente hasta tu presencia, ahí ante el trono de la gracia, amén.»

2. Lee la palabra de Dios
“Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.” Marcos 15:37-38
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” Hebreos 10:19-22

3. Reflexiona
El templo existente hasta el tiempo de Jesús, era físico y constaba de dos partes principales, la primera: el lugar santo y la segunda, el lugar Santísimo, esta última estaba separada de la primera por un velo y a ella solo podía entrar el sumo sacerdote una vez al año. La gran barrera que impedía que cualquier ser humano se acercara a la segunda parte, es decir, a la misma presencia de Dios, era su pecado, por ello estaba dispuesto que el sumo sacerdote entrara con sangre para hacer expiación por sus pecados y también por los del pueblo (Éxodo 26:33, Hebreos 9:7).
Ahora, en este tiempo y después de la muerte de nuestro Señor Jesucristo, dice la Palabra de Dios, que por su sangre derramada, la cual fue presentada ante Dios para la redención de nuestros pecados, cada persona que profese su fe en Jesús tiene libre acceso al lugar Santísimo, lugar que ya no es físico y terrenal, “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;” Hebreos 9:24.
En efecto, y como atestigua el evangelio de Marcos, cuando el Señor Jesús expiró, el velo del templo terrenal fue rasgado en dos, de arriba abajo, en señal de lo que había ocurrido en el cielo, y a lo que nos invita el Espíritu Santo en el libro de Hebreos es a que entremos hasta el lugar Santísimo por ese camino nuevo y vivo que Jesús nos abrió a través del velo, es decir, a través de su propio cuerpo. Hermanos, gloria a Dios por nuestro Señor Jesucristo, que por su perfecto sacrificio quitó de en medio el pecado que nos separaba de Él (Hebreos 9:26). De modo que, no permitamos que nada en este mundo nos quite la confianza y certidumbre que nos da la palabra de Dios para acercarnos libremente ante el trono de la gracia de Dios, pues esta tiene grande galardón (Hebreos 4:16,10:35-36).

4. Alaba a Dios

5. Comparte
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