El secreto de la fortaleza espiritual
2020-01-20
1. Oración inicial
Amado Señor, quiero volverme a ti de todo corazón, cúbreme con tu manto de paz, dame la quietud y el descanso que mi alma necesita en medio de todo lo que estoy enfrentando. Espíritu Santo, dame la fortaleza en la medida que deposito todas mis necesidades en las manos de Dios, confío en su poder y descanso dejándole los resultados a Él. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”, Isaías 30:15
3. Reflexiona
El secreto para la fortaleza espiritual se revela en estos renglones: «En quietud y en confianza será vuestra fortaleza.» En el hebreo la palabra quietud significa reposo y es estar en calma, relajado, libre de toda ansiedad, tranquilo independientemente de lo que esté pasando en nuestras vidas.
El verdadero valor de la fortaleza debe revelar nuestra confianza en Dios. Muchos de nosotros no tenemos este tipo de quietud y confianza porque vivimos en los afanes de la vida, corriendo de un lado para otro, tratando de conseguir nuestras cosas, dinero, posesiones y placeres a costa de la tranquilidad de nuestro espíritu, estamos tan sumergidos en las presiones de este mundo que olvidamos estar en la presencia del Señor y descansar en Él.
Todo sería más sencillo si entendiéramos que Dios es la fuente de todo y nuestras luchas serían más fáciles si tan sólo confiáramos en su poder. Si caminamos en justicia, nuestras vidas darán como fruto un espíritu calmado, quietud de corazón y paz con Dios. Gozaríamos más de la bondad y de la justicia de Dios como dice Isaías 32:17-18 “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo”.
1 Pedro 3:4 dice: “sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. Pedro habla del ornato de un espíritu afable y apacible que es del agrado del Señor, este espíritu no tiene que ver con la personalidad ni el temperamento, este espíritu manso sólo puede ser puesto por el Espíritu Santo cuando confiamos plenamente en el Señor en todas las cosas, cuando entendemos que no hay ningún asunto que nuestro Padre no pueda resolver y ninguna batalla que Él no pueda ganar por nosotros.
Él quiere que le confiemos todos nuestros asuntos: salud, familia, trabajo, futuro, etc. Que vivamos en quietud, confianza y reposo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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