El secreto de Dios. Parte 3

Padre, en el nombre de Jesús, quiero obedecer y cumplir la gran comisión, y llevar tu evangelio de salvación, gracias porque en la intimidad me preparas para llevar el mensaje con el poder de tu Santo Espíritu.

«Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?», Jeremías 23:22-23
“Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.”, Jeremías 15:19

Quien desea predicar la palabra de Dios y anunciar el evangelio de salvación?, servir de instrumento de Jesús para llevar su palabra viva? Pues debemos entrar en el secreto de Dios, para entender, ver y obedecer su palabra. Así mismo para que el Espíritu nos guíe, debemos estar de acuerdo con él, andarán dos juntos si no están de acuerdo? Así mismo es nuestra relación con el Espíritu Santo, en comunión íntima, siguiendo con precisión su palabra, ya que el Espíritu Santo fue el escritor de la Biblia, si hacemos lo contrario no nos acompaña, solo nos deja a nuestros deseos y pensamientos intelectuales religiosos, aparentemente llenos de buenas intensiones, pero lejos de su voluntad, conforme esta escrito en Mateo 7:21-23. Pues es su Santo Espíritu el que convence de pecado, no nosotros. Somos un instrumento preparado para anunciar, para llevar el evangelio, pero el Espíritu que hemos recibido del Padre, gracias a la obra de Jesús en la cruz, es lo precioso que habita en nosotros y en el secreto de Dios, clamando perdón y limpieza, permitimos que actúe en nuestras vidas y en las vidas de los que les llevamos el mensaje de salvación.