El reto de Dios. Parte 1

Señor anhelo conocerte cada día más, que me enseñes por medio de tu Espíritu tu Palabra de vida y que en mí se forme el carácter de Cristo.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” Jeremías 33:3

Cristo tenía entre muchas, dos características especiales de las cuales debemos aprender y practicar, el conocimiento verdadero de Dios y una dependencia absoluta de su Padre.

La primera característica de Jesús, el conocimiento de Dios, nos enseña que solo Él estaba calificado para revelar el Reino de Dios en verdad y justicia, porque Él es el único que ha estado en el cielo y nos ha traído el conocimiento de Dios para enseñarlo al mundo entero.

Él estaba calificado para declarar a Dios y darlo a conocer (Juan 1:18, Juan 3:13), para hablar de cosas celestiales y revelar lo que por muchos siglos estuvo velado, el plan de salvación de Dios por medio de la muerte y resurrección de su hijo.

Por lo tanto, el primer reto al que la palabra de Dios nos llama hoy es a conocerle por medio de la oración y de su Palabra. Lo que está escrito en la Biblia nos revela a Cristo y nos muestra la salvación de nuestra alma por medio del conocimiento de aquel que nos llama de la oscuridad a la luz verdadera.

Estudiar lo que está escrito de Jesús es conocer la manera en que puedo ser un hombre nuevo y libre del pecado: si creo y practico sus enseñanzas. Solo Cristo puede revelarme y llevarme al Padre porque solo Él tiene un conocimiento íntimo de Dios (Juan 14:6).