El poder del Espíritu Santo
2018-10-09
1. Oración inicial
Padre Amado, Gracias por haber enviado a tu Santo Espíritu, Él me lleva a toda la Verdad, y me da poder para vivir una vida santa y con propósito. Hoy me apropio de tu perdón y te pido la llenura de tu Santo Espíritu en mi vida, inúndame de tu presencia, quiero caminar con tu dirección y ser de tu agrado. Te amo Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”, Hechos 1:8
3. Reflexiona
Los creyentes no tienen por qué vivir en impotencia espiritual. La palabra de Dios contiene miles de promesas, las cuales son para aquellos que han rendido sus vidas a Dios. Estas incluyen: Seguridad del amor de Dios (Juan 3:16); vida eterna (Romanos 6:23); perdón del pecados (I Juan 1:9); provisiones materiales (Filipenses 4:19); dirección en la vida (Salmo 37:23); el secreto de la oración eficaz (Juan 15:7); la promesa de una vida abundante (Juan 10:10b); la promesa que Dios honra una vida santa (2 Crónicas 16:9); todo lo que nos acontece es para nuestro propio bien (Romanos 8:28); una salida en la tentación (I Corintios 10:13); la victoria sobre el temor (I Juan 4:18); y miles más.
Pero la pregunta es: ¿Por qué el creyente no vive una vida de victoria de acuerdo a las promesas de Dios?
Es posible que usted sienta que está luchado en vano, resiste a medias las tentaciones, se sienta derrotado, está sumido en desaliento y su fe tambalea. Pues, entonces está viviendo la vida en sus propias fuerzas y no en el poder del Espíritu Santo. Pues los creyentes deben ser dinamizados con el poder del Espíritu Santo. Jesús prometió que el Espíritu Santo nos daría poder para ser sus testigos, comenzando en nuestra propia casa luego en el resto de la tierra.
El Espíritu tiene una personalidad y misión única. En la última cena, Jesús habla del Espíritu Santo como “paracleto”; “abogado»; «consejero», y dice: “él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho». Por tanto el Espíritu Santo obra en nosotros, si nosotros se lo permitimos.
El Espíritu Santo es real, es una persona. Sin embargo, muchos creyentes no están conscientes de la trascendencia de la presencia y actividad del Espíritu Santo en su vida diaria. Amigo, no ignores esa divina presencia en tu vida, déjate guiar por la Palabra de Dios y su Santo Espíritu y tu vida será de poder.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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