El poder del ayuno y la oración
2017-12-03
1. Oración inicial
Señor, quiero cumplir con diligencia y fidelidad tu llamado a compartir la Gran Comisión, predicando el evangelio a toda criatura, pon disposición en mi corazón para el ayuno y la oración y lléname del poder de tu Santo Espíritu para predicar tu mensaje de salvación. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos”. Jonás 3:1-8
3. Reflexiona
El ayuno era una disciplina espiritual común desde el Antiguo Testamento. En momentos difíciles muchos profetas, reyes, sacerdotes y aún mujeres, acudieron al ayuno para pedir ayuda a Dios. El ministerio de la iglesia primitiva se comenzó con ayuno y oración y se estableció en varias ciudades, constituyendo siervos para el cuidado de la obra. No es una práctica pasada de moda. Hoy en día ayunar y orar no sólo transforman a una persona, a una iglesia, no solo trae incrédulos a la fe, sino que puede cambiar el curso de una nación.
Jesús antes de comenzar su ministerio ayunó y oró cuarenta días y cuarenta noches, pidiéndole dirección al Padre y fortaleciéndose para todo lo que venía.
Como Jonás hoy necesitamos levantarnos, prepararnos y apiadarnos de las personas que sufren por el pecado. En un principio Jonás no entendió el llamado y le tocó experimentar en su propia carne el dolor y el sufrimiento dentro de un pez, para poder entender cuánto necesitaba orar, no solo por él sino por los demás.
Jonás es escogido por Dios para levantarse y dirigirse a Nínive, capital de Siria. Su mensaje consistía en un llamado al arrepentimiento y una promesa de misericordia si sus habitantes respondían positivamente. Aunque muy escéptico de cómo reaccionarían estas personas, Jonás cumplió con su misión. El mensaje tocó a toda la ciudad a tal punto que pregonaron un ayuno masivo y se arrepintieron de sus malos caminos. Esta respuesta de arrepentimiento agradó el corazón misericordioso de Dios, que cambió de opinión y perdonó a Nínive.
Si comprendiéramos cuán importante es el ayuno y cuánto podría cambiar el curso de los acontecimientos, llevando al arrepentimiento a los pecadores, transformando personas y familias enteras, usaríamos con más frecuencia esta arma espiritual y veríamos más el poder de Dios obrando a través de nosotros.
Jonás y Nínive tuvieron una segunda oportunidad. Dios es Dios de segundas oportunidades y quizás este es el momento que nos está dando para que participemos activamente en el ministerio de la reconciliación, llamando a todas las personas al arrepentimiento y conocimiento de su verdad. Es hora de que nos levantemos de nuestra apatía espiritual, nos preparemos como buenos obreros que usan bien su Palabra y cumplamos con la Gran Comisión.
Ayunemos y oremos porque la tarea no es fácil, necesitamos la unción del Espíritu de Dios para predicar el mensaje de Dios a este mundo contaminado por el pecado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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