El poder de la Palabra de Dios. Parte 1

«Señor, gracias porque tu Palabra hace en mi tu voluntad, transforma mi interior, me renueva, me sostiene y es mi provisión en todo tiempo. Que a diario mi corazón busque y ponga atención a tu Palabra viva y poderosa. Amén»

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Romanos 1:16

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12

La Palabra de Dios, tiene el poder de realizar un diagnóstico preciso y verdadero de nuestro estado interior, pero no solo se queda en el diagnóstico, sino que tiene la capacidad de sanar y arrancar de raíz todo problema que tengamos en nuestro corazón.

Esto ocurre si hacemos lo que nos enseñó el Señor Jesús, si examinamos con diligencia y a fondo las escrituras, ya que ellas dan razón de la vida eterna, y esta vida eterna está en Jesús (Juan 5:39).

Porque la Palabra de Dios, es la manera que Dios eligió de manifestarse directamente a sus discípulos y a todos los que habían de creer, esto lo confirma la escritura cuando le preguntan al Señor Jesús: “…¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (Juan 14:22b-23).

Cada vez que estudiamos, que prestamos atención a lo que Dios dice a través de su Palabra, vamos siendo limpiados, transformados, va saliendo de nuestra mente y de nuestro espíritu la mentira que nos mantiene esclavos y en derrota, y la verdad va cambiando nuestra forma de pensar y como consecuencia nuestra forma de actuar.

Prestemos por lo tanto la mayor atención posible, al mensaje vivo y eficaz de la Biblia, a la buena noticia de salvación por medio de la fe en Cristo, que puede cambiar radicalmente, para bien, nuestra vida.