El poder de la oración. Parte 2

Señor hoy te pido por mis hermanos, para que no decaiga su ánimo, para que en medio de sus tribulaciones tengan paz, para que tu los guíes y los saques a la orilla de sus dificultades, amén.

«Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.», Mateo 18:19
«Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.», Éxodo 17:12

Observemos como Aaron y Hur subieron al monte con Moisés a apoyarlo en oración. Así mismo todos nosotros necesitamos colocarnos de acuerdo con otros creyentes para orar, ya sea para apoyarnos a nosotros en algún asunto o nosotros apoyarlos a ellos. El Señor Jesús nos enseña que si nos ponemos de acuerdo en algo que pidiéramos, en oración, será hecho por nuestro Padre celestial. Cuántas veces no hemos caído en desánimo, en cansancio, o lo peor de todo: en rutina, y otro creyente en oración, nos levanta, nos anima, porque la forma de interceder por otros es en oración y mientras tengamos vida. Servimos a los demás ayudándoles materialmente según lo que Dios nos haya dado y principalmente apoyándolo en oración. En Hechos 1:14, la palabra de Dios nos enseña “Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de El.”, Unidos en un mismo Espíritu adoramos a Dios, cuando no nos vemos como un ser sólo, egoísta, que sólo piensa en sí mismo, si no como un ser colectivo, que tiene compasión de las necesidades de los otros, que actúa en oración y acción buscando lo mejor para los demás, antes que su propio beneficio.