El orgullo y la arrogancia
2019-03-10
1. Oración inicial
Señor perdona mi arrogancia y mi orgullo, guíame a vivir por y para ti, a enfocar mis fuerzas y talentos en agradarte y obedecerte. Que todo sea para tu gloria y para tu honra. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3
“De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.” 2 Corintios 12:5-6
3. Reflexiona
Jactarme de lo que soy, mi profesión o estudios y de lo que hago, logros, proezas o condecoraciones, no es más que necedad, pues todo logro y oportunidad no fue por el azar, al final Dios lo permitió. Tampoco fue por nuestra fuerza o inteligencia, sino por el amor y la misericordia de Dios.
Él nos dio la vida, dispuso de todo para nuestro favor, si hemos adquirido sabiduría y buen juicio, reconocemos que Él está detrás de toda bendición que recibimos (Santiago 1:17).
Nos sentiremos frustrados si esperamos reconocimiento de los hombres por lo bueno o excelente que hacemos, Dios es el que recompensa todo nuestro esfuerzo, ya que es para Él y por Él que debemos hacer lo que hacemos; todo toma sentido si nuestro enfoque cambia, si lo que hacemos, decimos, luchamos, es para su gloria, servicio y agrado.
Si nos enfocamos en nosotros mismos, todo terminará en frustración, en dolor y resentimiento, porque “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”, (Santiago 4:6b). Este es el gran secreto de una vida llena de paz, no buscar mi propia gloria sino hacer lo que a Dios le agrada.
Dejemos a un lado la auto-promoción y el exaltarnos desmedidamente, pues es de Dios que recibimos la inteligencia y fuerza para vivir, y es para Él y por Él que nuestros actos toman un verdadero sentido; si hemos de sentirnos orgullosos que sea en conocerlo y en obedecer su Palabra. (Jeremías 9:24)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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