El justo juicio de Dios y la responsabilidad personal
2018-04-16
1. Oración inicial
Padre, en el nombre de Jesús, perdona mis pecados, pido tu ayuda para mostrar la imagen de tu hijo Jesús y sus enseñanza en mi vida, guíame a practicar tu Palabra, para que otros también tengan la luz de Cristo en su vida.
2. Lee la palabra de Dios
“Por eso eres inexcusable, hombre, tú que juzgas, quienquiera que seas, porque al juzgar a otro, te condenas a ti mismo, pues tú, que juzgas, haces lo mismo. Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según la verdad. Y tú, hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas y haces lo mismo, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad; pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.” Romanos 2:1-8
3. Reflexiona
Es muy doloroso hoy en día ver cómo inocentes mueren a causa de las decisiones equivocadas de los gobiernos y de hombres que han abandonado los principios de Dios, para irse a favor de razonamientos humanos, de extremismos religiosos o de filosofías contemporáneas en contra de la familia y el matrimonio, tal como Dios lo diseñó. Mucho llegan a decir, ¿dónde está Dios?, ¿por qué permite toda esta maldad?
Dios es soberano y el regalo más precioso que nos dejó fue la libertad de ser seres responsablemente morales, pero el hombre tomó esta libertad y no tuvo en cuenta a Dios, sino que se envaneció en sus razonamientos. Creyendo tener la razón, siguiendo a hombres y no a Dios, terminaron aceptando la mentira, por eso ahora, ante nuestro ojos, vemos cómo el mundo se está derrumbando, iniciando por su base fundamental, la familia.
Las profecías Bíblicas escritas hace más de 2.000 años son el anuncio de Dios de antemano, del mismo mal que el hombre se produce al traspasar sus estatutos de amor, justicia, equidad, ayuda mutua y de amor hacia los demás. No le echemos por tanto la responsabilidad a un Dios, pues fue el mismo hombre que trazó su destino de destrucción, al desconocer principios que están escritos en la misma naturaleza. (Romanos 1 y 2).
¿Cuál es nuestra responsabilidad entonces? Dejar la dureza de nuestro corazón, arrepentirnos y volver a Dios, para que siguiendo sus principios de verdad y justicia, practiquemos lo correcto y abandonemos radicalmente lo que conduce al mal propio y al dolor de nuestro prójimo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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