El futuro que Dios nos dio
2023-01-02
1. Oración inicial
«Amado Dios, hoy decido creer en ti y en el maravilloso plan que tienes para mi vida, por eso recibo la bendición de creer en Jesuscristo como mi salvador; hoy he elegido la vida y la bendición para siempre. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Deuteronomio 30:19.
3. Reflexiona
Todos los padres sensatos, sueñan con un futuro próspero para sus hijos y se esfuerzan para dárselo, así también nuestro Padre Dios, un día soñó lo mejor para nuestra vida, lo planeó, lo hizo y finalmente nos lo dio. Deuteronomio 28 nos enseña un sin fin de bendiciones a todo nivel (en lo espiritual y lo material) que vienen por la obediencia a Dios, este pasaje es un gran ejemplo de cómo Dios ya ha tomado la decisión de bendecirnos y cómo ahora nosotros debemos tomar la decisión de recibir o no Su bendición. Podemos escoger la vida y la bendición (a la manera de Dios) o podemos escoger la muerte y la maldición (a nuestra manera).
El apóstol Pablo nos amplía bien este tema y se enfoca en las bendiciones realmente trascendentales (las espirituales) en la vida del ser humano, él dijo “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. Efesios 1: 3-5.
El plan de Dios consistió en que estando nosotros muertos en pecados y sin querer salir de ellos, lejos de las promesas y del reino de Dios, Él envió a su amado hijo Jesús a morir en una cruz para salvarnos, y juntamente con Él también nos resucitó y nos sentó en un lugar especial en su reino. No lo hizo por nuestras buenas obras, ni vanos esfuerzos humanos; ni más faltaba que el Rey de los Cielos necesitara algo de nosotros. Somos salvos por gracia, por medio de la fe, que es también uno de los maravillosos regalos de Dios. (Efesios 2,1-10). Recibamos el regalo de la fe, y creamos en Jesucristo y en el plan de salvación que nuestro Padre Dios llevó a cabo. Jesús es el único capaz de asegurarnos un futuro lleno de vida y bendición.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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