El Espíritu Santo permanecerá con cada creyente
2018-07-27
1. Oración inicial
Señor Jesucristo ayúdame a entender que tus promesas son eternas, dame el poder para permanecer en ti y permitir que tu Santo Espíritu me guíe a hacer tu obra, predicando el evangelio y conduciendo a muchas personas a tu presencia. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”, Juan 14:12-18
3. Reflexiona
Muy a menudo nos olvidamos de las promesas de Jesús y actuamos como si no fueran para nosotros, o como si hubieran pasado su fecha de expiración y ya no fueran válidas. Debemos entonces reconocer que las promesas de Dios son eternas y son para los creyentes.
Esta promesa que aparece en esta porción del evangelio de Juan, donde Jesús afirma que si tan sólo creemos en Él haremos sus obras y aún mayores, nos debe hacer reflexionar acerca de nuestra fe. Sus palabras no necesitan pruebas sino que debemos aceptarlas como verdaderas. Si nos dice que haremos “las mismas obras” se refiere a sus milagros y señales, entonces ¿por qué dudamos acerca de lo que el Señor puede hacer a través de nosotros?
“El que en mí cree”, describe una profunda confianza y compromiso con la persona de Jesucristo que debe llevarnos a un estilo de vida donde podemos hacer lo que Él hizo. Esta confianza está sustentada sobre la promesa del derramamiento del Espíritu Santo y la certeza de que mora en cada uno de los creyentes. Sólo su poder e influencia en nuestra vida son el medio para poder hacer las obras de Jesús.
Esta promesa incluye entonces la evangelización, la liberación del hombre esclavo del pecado, ataduras y vicios, milagros de sanidad y toda manifestación de los dones espirituales a través de su Santo Espíritu. El Señor Jesucristo no nos dejó huérfanos, nos regaló su divina presencia y nos habilitó para toda buena obra.
El Espíritu Santo permanecerá con cada creyente hasta el fin del tiempo, sus dones y gracias deben alentar nuestros corazones. Ese don del Espíritu es sólo para los discípulos de Cristo y no para el mundo, para ayudarnos a vivir como Él quiere y a extender su reino aquí en la tierra.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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