El Espíritu, la Palabra y la Oración ayudan en mi relación

«Padre Dios, te pido en el nombre de tu Hijo Jesús, me ayudes a tener una relación de amor contigo por medio de la oración, basada en tu Palabra y guiada por tu Santo Espíritu. Amén.»

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.” Colosenses 3:16
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” 1 Juan 5:14

En el devocional de ayer aprendimos una clave poderosa para poner el Amor en Acción: tener una relación con Dios; y vimos cómo Jesús cultivaba su relación gracias al Espíritu Santo por medio de la Palabra y la oración; hoy miraremos como El Espíritu, la Palabra y la Oración nos ayudarán en nuestra relación con Dios de la misma manera como ocurrió en la vida de nuestro Señor.
Gracias a Dios por su Espíritu, pues Él es nuestro ayudador y es quien se encarga de enseñarnos y recordarnos todo lo que Jesús ha dicho (Juan 14:26), y las Palabras de Jesús son las del Padre (Juan 12:49-50), y lo que desea Dios es que su Palabra abunde en nuestros corazones (Colosenses 3:16).
Una manera práctica como el Espíritu Santo nos recuerda y enseña las escrituras, es por medio de los hermanos en la fe, en los ministerios y por los estudios bíblicos, por eso tomemos la invitación que se nos da en las Iglesias locales para participar en los ministerios y estudios bíblicos, es una invitación de parte de Dios, para así llenar nuestra vida de su Palabra; la finalidad de que abunde la Palabra de Cristo en nuestra mente es poderla utilizar diariamente, pero para esto es necesario también la oración; al igual que Jesús, busquemos tiempos de intimidad con Dios. El Señor solía levantarse muy temprano y apartarse para pasar tiempo con su Padre (Marcos 1:35); en medio de la oración el Espíritu Santo nos recuerda la Palabra que nos ha sido enseñada, para pedir conforme a la voluntad de Dios y así tener la seguridad que somos escuchados (1 Juan 5:14), esta es la forma como vivía Jesús, el resultado, una vida para la gloria de Dios, por eso motivémonos a buscar una relación con Él, con la ayuda de su Espíritu mediante la Palabra y la oración.