El escudo de la Fe
2020-07-20
1. Oración inicial
«Gracias Padre amado, por la fe tan preciosa que me diste al levantar a tu hijo de entre los muertos, esa fe que es más preciosa que el oro y es purificada en las pruebas, en las cuales me gozo, porque sé que al final, demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo regrese. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”, Efesios 6:16
“Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho.Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.”, 2 Crónicas 12:9-10
3. Reflexiona
El Rey Roboam quiso seguir guardando la apariencia, al reemplazar los escudos de oro, por escudos de bronce. El bronce puede llegar a ser muy parecido al oro, pero no es igual, no tiene al final la misma calidad y pureza del oro.
El escudo de oro representa la verdadera fe (1 Pedro 1:7), el escudo de bronce una fe basada en la apariencia, la religiosidad y una falsa devoción a Dios, realmente, una fe falsa.
A muchos se les anuncia el evangelio, oyen, pero no prestan atención, como dice la escritura “no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” (Hebreos 4:2).
Así que, sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6a), y la verdadera fe es la fe en Jesucristo, puesto que sólo Él es el camino al Padre, por eso el Señor nos dice una Palabra bastante dura: “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” (Juan 8:24). Solo acercándonos a Él, confiando en Cristo, en su Palabra, obtenemos una fe más preciosa que el oro y somos limpiados de todo pecado.
Además de nuestra salvación por fe en Jesucristo (1 Pedro 1:9), podemos colocar nuestra fe en acción, como un escudo en tiempo de batalla, para derribar argumentos de mentira que quieren llevarnos a la esclavitud del pecado y a retroceder, a desviarnos de la fe, para que no podamos ver las inmensas riquezas espirituales que Cristo nos dio en la cruz (Filipenses 4:19). Entonces, la fe que profesas ¿es como un escudo de oro o como un escudo de bronce?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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