El débil. Parte 2

Señor gracias porque a pesar de mis debilidades, tu me fortaleces día a día, con tu palabra, gracias porque me enseñas a valorar a cada persona y a mis hermanos, a ser el que más sirve, el más dispuesto a tu servicio y al de mis hermanos.

«Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,», Mateo 20:26
«Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno», Romanos 12:3

El concepto de liderazgo del mundo es contrario al liderazgo Bíblico, en el mundo el líder es el que más alza la voz, el más fuerte, el más inteligente. Generalmente nuestro jefes son autoritarios e impositivos, consiguen sus objetivos en base a la amenaza, la reprensión y el abuso del poder.
En la biblia sin embargo el que quiera ser el mas grande debe tener dos condiciones:
– Ser el más humilde, Mateo 11:29.
– Ser el que más sirve, o el servidor de todos.
Aquellos que aparentemente son más débiles, son los más imprescindibles, los más necesarios; por tanto si somos débiles en Cristo, en su palabra somos fuertes. Esto significa no soy sabio en mi propia opinión, ni entendido en mi propio entendimiento, si no que alineando mi pensamiento a la palabra de Dios, entonces soy fuerte. Y su palabra me enseña a vivir en comunión con mis hermanos, a perdonar las veces que sea necesario, a no juzgar, a amar. El verdadero cristianismo no se centra en mi, si no en Cristo y en el amor que El me da para ofrecer a los demás.
Otra cosa importante que la Biblia me enseña es que el concepto que tenga de mi, debe ser equilibrado, no creerme más que los demás, si no pensar con prudencia y cordura. Esto se expresa cuando soy capaz de escuchar y si no tengo la razón, reconocer mi error o aceptar otra opinión, llegar a acuerdos, sin renunciar a mis principios Bíblicos.