El carácter de Jesús
2018-08-26
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, en tu Palabra se deleita mi alma, aún mi carne te anhela, y te ruego has mi carácter como el tuyo Señor, lleno de entrañable amor, de misericordia, de humildad, de mansedumbre, de pureza y obediencia. Gracias Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”, Colosenses 3:12-15
3. Reflexiona
La Biblia es muy evidente al mostrar cómo fue Jesús. Sus hábitos, sus acciones y sus palabras muestran su carácter; vemos la figura de Jesús aun desde el Antiguo Testamento, el Salmo 1 dice: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche”. (Salmo 1:1-2).
A veces miramos a Jesús únicamente como lo describe Isaías, como un varón de dolores, un hombre de apariencia triste. Pero, en el mismo libro de Isaías encontraremos que Cristo no tuvo dolores y aflicciones propias, la biblia dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido” (Isaías 53:4). Fue nuestro dolor y no solamente el propio el que tuvo que llevar. Él fue un varón bienaventurado, que significa feliz y dichoso, que no sigue el consejo de los malvados, no se detiene en el camino de los pecadores y no se sienta con los impíos.
Jesús pasó tiempo en unidad con el Padre, supo cuál era su voluntad y fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Ahora nosotros para llegar a ser como Jesús debemos ataviarnos con las características descritas en Colosenses: llamados a vivir en santidad, amables, misericordiosos, bondadosos, humildes, llenos de mansedumbre, de paciencia, apoyándose y perdonándose unos a otros. Y sobre todo amándonos con su amor perfecto, viviendo en armonía, y finalmente siendo agradecidos. Esto lo obtengo, cuando ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí y su Palabra es mi delicia.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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