El carácter de Cristo
2023-04-27
1. Oración inicial
«Amado Jesús cuánto anhelo ser como tú, sé que formar tu carácter en mí implica pasar por muchas cosas para que mi ego mengüe y tú crezcas dentro de mí. Ser como tú es vivir lleno y controlado por tu Santo Espíritu, renunciando a todo lo que este mundo ofrece, viviendo en dependencia y santidad para poder ser luz y sal para esta tierra. En el nombre de Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Juan 13 :15
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. Gálatas 4:19
3. Reflexiona
Para empezar esta reflexión tenemos que entender que el carácter es el conjunto de cualidades psíquicas heredadas o adquiridas que forman la personalidad de un individuo y condicionan su conducta y su manera de ser. Es lo que somos y nos caracteriza.
Lo que más anhela nuestro Padre celestial es que nos parezcamos a Jesús, es una meta muy alta, pero para parecernos a Él, tenemos que conocerlo. El Señor dijo en Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado”. Cuando queremos ser como alguien, debemos seguir su ejemplo; y ser como Jesús sólo se logra por el poder del Espíritu Santo en nosotros.
Pablo también demuestra su angustia por la iglesia de Gálatas, porque ellos estaban yendo en una dirección contraria al evangelio de Cristo y él deseaba ver a Cristo visible en sus vidas. Es lo mismo que le expresó a los corintios en 2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Nuestra transformación a la imagen de Cristo sólo puede ser posible cuando ya no vivimos en los deseos de nuestra carne, sino que vivimos llenos y controlados por el Espíritu Santo, Gálatas 5:16-17, Gálatas 5:22-23.
Dios es el más interesado en que Cristo sea formado en nosotros y no escatimará ninguna cosa que nos pase, para cumplir su propósito en nuestras vidas, como dice Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Si para perfeccionarnos tiene que someternos a diversas pruebas, lo hará.
En el Sermón del monte en Mateo 5:1-11 se hace una descripción del carácter de Cristo y de lo que Dios quiere ver en nosotros, sus hijos; pero este sermón es para aquellos que han escuchado el llamado de Jesús, que lo siguen y que suben al monte a estar con Él y que llama “bienaventurados”, o sea, benditos y felices. Si vemos estas cualidades podríamos decir: ¿qué tienen de bienaventuradas este tipo de personas?: los pobres de espíritu, los que lloran, los mansos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de limpio corazón, los pacificadores, y los que sufren persecución y vituperio; y lo único que podemos concluir es que el mundo espiritual es diferente al secular y por eso Jesús nos llama a ser como Él, con un total desapego a lo que este mundo ofrece: las riquezas, el placer y la vanagloria, que no conducen a la verdadera felicidad.
La consecuencia de parecernos a Cristo es que seremos sal y luz del mundo y otros glorificaran a Dios por lo que ven en nosotros, como dice Mateo 5:16: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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