El camino del justo
2017-04-10
1. Oración inicial
Gracias Señor Jesús, porque conoces mi andar y mi reposo, quiero estar siempre a tu lado, no quiero desviarme en el camino de los impíos, ni copiar su estilo de vida, ni escuchar sus consejos, ni participar de sus pecados. Quiero permanecer en comunión contigo, consagrando mi vida para ti, guardándome irreprensible hasta tu venida. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá”, Salmo 1:1-6
3. Reflexiona
Hay un dicho que dice “dime con quién andas y te diré quién eres”, y es muy cierto. Como creyentes estamos llamados a cuidar con quién nos estamos relacionando, para mantenernos en santidad. No sólo debemos evitar la injusticia y los valores del mundo, sino negarnos a apoyar o unirnos con aquellos que los promueven y cuyas acciones contradicen la Palabra de Dios. Este salmo destaca que hay una diferencia entre el que sigue a Dios y el que lo rechaza. Hay diferencia en cuanto a los valores, al estilo de vida y en cuanto a las decisiones que se toman.
El que sigue a Dios, no anda, ni se detiene, no se sienta, ni se deja influenciar por los consejos de los perversos y malos, ni participa con los pecadores en sus hechos. Como cristianos revisemos nuestro estilo de vida y los valores que poseemos. “Uno se conoce por los compañeros que escoge”. Este pasaje nos insta a examinar nuestra vida. Dios no quiere que sus hijos se identifiquen con los que se burlan de lo espiritual.
Podemos estar tomando el lado del mundo que va en contra los principios cristianos, haciéndonos dudar de las Escrituras. No hay sustituto para la Palabra de Dios en la vida cristiana. Es nuestro alimento espiritual, nuestro sustento, nuestra guía para el camino. Cuando conocemos su Palabra, conocemos más a Dios y nos deleitamos en escudriñarla y meditarla.
El significado de la vida y todos sus efectos sobre ella, se encuentran revelados en la Palabra de Dios. Debemos agradar al Señor y hacer lo que nos pide. Sólo así disfrutaremos de las bendiciones que ha prometido. Seremos ejemplo de frescura y firmeza como el árbol plantado junto a corrientes de aguas y nuestro fruto será el resultado natural de estar unidos con Cristo. Un fruto duradero que nos sostendrá en los momentos de crisis.
El deseo de Dios es que el ser humano sea feliz, pero la felicidad verdadera solo se puede encontrar en el camino de Dios y este siempre está dispuesto para todo aquél que quiera encontrarlo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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