El atleta
2017-08-28
1. Oración inicial
Señor, prepárame en tu verdad, guíame al pleno conocimiento de Cristo, para que mi vida tenga un propósito y para no estar ocioso, ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” 1 Corintios 9:24-25
3. Reflexiona
Un atleta se prepara física y mentalmente para una competición. Físicamente hay una preparación específica, en rapidez, fuerza, resistencia, equilibrio, orientación, entre otras.
El atleta se abstiene de cosas que pudieran perjudicarlo y restar capacidad al momento de la competencia. Por tanto es disciplinado, se esfuerza todos los días, tiene una estricta dieta y cuidado con cada detalle de su actividad.
Así mismo, nuestra vida espiritual se puede comparar con una competición atlética, en la que debemos prepararnos disciplinadamente, en el conocimiento de la palabra de Dios, en la oración y en la comunión con Dios. Si un día salimos a la calle sin orar, así mismo será la recompensa que tendremos; el Señor Jesús nos enseña que si oramos a nuestro Padre en lo secreto seremos recompensados en público (Mateo 6:6).
La buena preparación física y mental de un atleta tienen un alto grado de influencia sobre su rendimiento, la buena preparación espiritual de un cristiano, es determinante, es su crecimiento y santidad para obtener victoria en todas las dificultades de la vida. ¿Cómo vamos a ganar la victoria en muchos asuntos de nuestra vida sin una disciplinada preparación espiritual?
La Palabra de Dios es una guía detallada de preparación en todas las áreas, para el matrimonio y la familia, para aprender la sabia administración del dinero, para el orden de una congregación y para cualquier proyecto o decisión que vayamos a tomar. Sólo Dios, que nos creó, es el mejor preparador espiritual, el único que conoce nuestro corazón, es el único que una vez de aceptar a Cristo en nuestra vida, nos prepara para la vida y para la eternidad.
Nos esforzamos, siendo disciplinados todos los días, no corremos como si no tuviéramos meta, sino con un objetivo claro, colocando nuestra mirada en Cristo, para ser recompensados por Dios, no por los hombres. A ésta preparación la Biblia le llama discipulado (Mateo 28:19-20); así que por medio de pastores y maestros llenos del Espíritu de Dios, preparémonos detalladamente en el conocimiento de la verdad de Cristo, en cada área, colocando todo esmero y dedicación para obtener fruto en justicia, amor y paz, recordando lo que dice 2 Pedro 1:10 “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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