El amor que sana heridas
2019-11-02
1. Oración inicial
Amado Dios, en momentos de quebranto, de soledad, de desamor, tú me extendiste tu mano y en tu regazo puse mi cabeza y tu dulce amor sanó mis heridas, hoy me regocijo en tu presencia, alabo tu nombre y exalto tu grandeza. Gracias mi Señor. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“El escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé”, Salmo 69:20
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”, Salmo 147:3
3. Reflexiona
Un día una mujer llena de amargura y con lágrimas en sus ojos, al borde de la separación, le decía a su esposo después de veinte años de vivir juntos: “sólo quería un poquito de amor”. Esto muestra que por mucho tiempo se dejó acumular la frialdad y la indiferencia, pues hoy tristemente es común vivir estos episodios.
En la sociedad de hoy, el amor se ha convertido en una mera ilusión y egoístamente cada quien busca su propio bienestar. Por lo tanto ya no se concibe el compromiso de por vida, la entrega incondicional al otro, sufrir por quien se ama, y esto ha hecho estragos en las familias.
Vivimos en una sociedad incapaz de creer en el poder del amor, y casi incapaz de acercarse a Dios como un Dios que ama, que sufre por su pueblo y lo disciplina en ocasiones. Un Dios de amor y de justicia, que no tendría por inocente al culpable, si no fuera por el pago de su propio hijo Jesucristo.
Dios promete sanar el corazón roto y vendar las heridas del alma, Él dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. (Isaías 41:10)
Hermano, Jesús vivió momentos de desprecio, soledad, escarnio, pero su Alto Refugio era la presencia del Padre. Dejemos que el amor de Dios llene nuestro corazón y actúe el poder sanador en nuestra alma y así comenzaremos a reflejar su carácter en nuestras relaciones con los demás. Es buen momento para abrir tu corazón y recibir a Jesucristo, pues su amor transformará toda tu vida.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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