El Amor de Dios trae Propósito. Parte 2
2023-06-22
1. Oración inicial
«Señor Jesús, gracias por mostrarnos con tu ejemplo cómo es vivir una vida plena y con propósito, gracias por que nos enseñas que tu amor puesto en acción te impulsó a obedecer al Padre y te permitió darle la gloria, ayúdame a vivir de la misma forma por tu Espíritu, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.” Eclesiastés 12:13
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” Juan 14:21
3. Reflexiona
El rey Salomón, quien recibió de Dios sabiduría y ciencia, pero también riquezas, bienes y gloria (2 Crónicas 1:12), al examinar todo lo que se hace en esta tierra (Eclesiastés 1:13), se pudo dar cuenta que lo único que tenía importancia y valor verdadero era temer o respetar a Dios y obedecer o guardar sus mandamientos (Eclesiastés 12:13).
Por su propia experiencia, Salomón pudo comprobar lo que no le daba sentido a la vida, por eso escribe “vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1:2); pero nosotros los creyentes no deberíamos vivir de esa manera, teniendo que comprobar con prueba y error qué le da sentido a la vida; pues si algo nos debe caracterizar es la fe y la obediencia, por eso debemos creer lo que la Palabra de Dios nos revela, y estar dispuestos a colocar el amor en acción, lo que nos permitirá llevar mucho fruto para así glorificar al Padre cumpliendo nuestro propósito (Juan 15:8).
En Juan 14.21 Jesús enseña que el obedecer o guardar sus mandamientos es una demostración del amor, y precisamente esta manifestación, que significa poner el amor en acción, nos lleva a darle sentido a nuestra existencia, pues nos permite cumplir al igual que Jesús, el propósito por el cual fuimos creados, y que se encuentra claramente declarado en Isaías 43:7 “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.”
De forma resumida podemos decir que el amor de Dios trae propósito a nuestra vida, ya que nos impulsa a obedecer y nos permite así glorificar al Padre, pues indudablemente, gracias al Espíritu Santo, somos guiados y ayudados a respetar lo establecido por Dios, llegando así a comprobar lo escrito en Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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