El amor de Dios Padre
2022-08-02
1. Oración inicial
«Padre amado, gracias por tu gran amor, ese amor eterno con el cual me has amado, ese amor que fue capaz de dar a tu Hijo para que un pecador como yo tuviera esperanza y pudiera ser adoptado como tu hijo, haciéndome parte de tu familia celestial, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.” Jeremías 31:3
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12
3. Reflexiona
Conocer el amor de Dios nos permite tener un crecimiento espiritual saludable; saber que Dios nos ha adoptado como sus hijos al arrepentirnos de nuestros pecados y al creer en Jesucristo, debe llevarnos a experimentar confianza y a tener una identidad clara en Él.
Dios nos muestra su amor a través de su palabra; a viva voz por medio del profeta Jeremías nos declara que con Amor eterno nos ha amado. Escuchar que nuestro Padre Dios nos ama es reconfortante, pero su amor no es solo de palabras, su amor también son acciones; Dios respalda sus palabras con sus actos y esa declaración de amor eterno es respaldada con el acto más grande de amor demostrado por Él: dar a su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Conocer el amor del Padre debe ir más allá de un conocimiento intelectual, debe estar basado en una relación personal de amor y esta relación debe darnos la confianza para poder entrar delante de su trono cada vez que lo necesitemos, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). También tiene que darnos claridad de nuestra identidad, como dice la escritura: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Romanos 12:14-17a). Pidámosle al Espíritu Santo que nos lleve, por medio de Cristo, a cultivar esa relación de amor con Dios como hijos amados.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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