El amor de Dios es total. Tercera parte
2019-08-06
1. Oración inicial
Señor Jesucristo a ti sea la gloria, enséñame a orar con tu ejemplo y el de Pablo, con oraciones espirituales desprovistas de todo egoísmo pidiendo que la iglesia de hoy sea un testimonio vivo de tu amor y de tu poder. Quiero expresar mi alabanza por manifestarte en todo tiempo, confirmando, fortaleciendo y motivando a tu iglesia; estando seguro de que la conversión de los pecadores vendrá por nuestra unidad mostrando tu gloria al mundo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“A él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”, Efesios 3:21
“Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”, Juan 17:13-21
3. Reflexiona
La oración paulina de Efesios 3, es para la iglesia lo que la oración de Cristo fue para sus discípulos, fue una intercesión para confirmar, fortalecer y motivar. No sólo pide que la iglesia comprenda la magnitud del amor de Dios que puede llenarlo todo, que sueñen y pidan más allá de lo que imaginan para ver el poder de Dios obrando a través de ellos, sino que prorrumpe del corazón de Pablo un canto de alabanza: “a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.
Si así fueran nuestras oraciones siempre, tocaríamos el corazón de Dios, estas oraciones no tienen que ver nada con lo material, todo el carácter de ellas es espiritual. Cuánto pueden alejarnos de nuestra mentalidad materialista y egoísta, que sólo pide para satisfacer nuestros deseos.
Buscar solamente el reino de Dios y su justicia debe hacernos entender que las demás cosas Dios las añadirá y nada nos faltará. No dudemos de la capacidad de Dios para colmar su iglesia de bendiciones espirituales, estas no tienen límites y hasta sobrepasan cualquier solicitud que hagamos. Lo único que lo condiciona es el poder que actúa en nosotros. Este poder proviene de su Santo Espíritu y se activa con nuestra fe.
Cuando creemos en ese Dios grande y poderoso podemos arriesgarnos a pedir lo que sea. Ese Dios que Jesús llama “Padre” y al cual se dirige con toda confianza porque sabe quién es, conoce su amor y poder. El campo de manifestación de la gloria de Dios es la iglesia, por eso debemos tener un carácter que refleje su gloria.
Asegurémonos entonces, en crecer en el amor de Cristo, en orar por manifestaciones grandes del poder de Dios en medio de esta generación y de ser una iglesia santa y sin mancha que refleje la gloria de Cristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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