El afán
2016-11-05
1. Oración inicial
Gracias Señor porque en ti puedo descansar confiadamente, depositar en ti todo afán, guíame a buscar primeramente las cosas no perecederas, tu Palabra que es eterna y hacer tu voluntad, sé que lo demás vendrá por añadidura.
2. Lee la palabra de Dios
«sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.», Mateo 6:20-21
«Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.», Mateo 6:32-34
3. Reflexiona
¿Cuáles son nuestros objetivos en la vida? ¿El dinero, la posición social, ayudar a toda la humanidad, o ser famosos y con muchos títulos profesionales?
Dime qué persigues y te diré quién eres; el Señor Jesús lo dijo así, mucho mejor “…donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. ¿Cuales son las intensiones de nuestro corazón, realmente cuando hacemos o deseamos algo?
Dios sí lo sabe, y por eso en su Palabra revela lo más profundo y perverso del hombre: el pecado. Nuestras motivaciones, por lo tanto no pueden ser empujadas por nuestros propios deseos carnales, egoístas o sólo por buscar vanagloria.
Las cosas materiales no deben ser nuestro objetivo último sino un medio para servir y honrar a Dios, que al fin y al cabo fue quien nos las dio, las sostiene y cada día nos dará más, de acuerdo a su voluntad y a nuestra preparación para administrarlas. Por lo tanto, ¿por qué afanarnos por tener algo que ya tenemos, que ya Dios nos dio en la cruz del calvario y nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales (Efesios 1:3)?. Con esta promesa maravillosa y real de que ya somos bendecidos de manera espiritual, es decir tenemos la capacidad de entrar en el mismo trono de Dios, mediante la sangre de Jesús, acerquémonos confiadamente y lo demás vendrá como consecuencia de una vida de santidad y amor.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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