Dos principios

Señor, quiero vivir de acuerdo a tu palabra, guiado por tu Espíritu; tu eres el centro de mi vida, lo único y más importante que tengo, eres lo que verdaderamente vale la pena tener, contigo tengo todo, sin ti, no tengo nada. Amén.

«El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.»
Eclesiastés 12:13

Una vez más leemos en su palabra que el temor a Dios y el guardar sus mandatos, escritos en su palabra, es todo en la vida, es lo más importante en la vida, es lo que realmente vale la pena, y el fundamento sobre el cual se sustenta todo en nuestra vida.
Todo lo que hacemos debe partir de estos dos principios: el temor a Dios, que es más que un temor humano a su justicia, es una honra en amor, ya que el perfecto amor hecha fuera todo temor; y guardar su ley, es escudriñar su palabra , entenderla, memorizarla y aplicarla, es decir obedecerla. Esto es lo único que nos queda en la vida y que debemos hacer sin dudar.