Dones y habilidades al servicio de Dios

«Gracias mi Señor por darnos todo lo que necesitamos para vivir una vida cristiana de excelencia y llena de su Espíritu, para servirnos unos a otros e ir creciendo en el conocimiento y el amor de Cristo. Amén»

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros?¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?” 1 Corintios 12:28-30

En la iglesia, Dios manifiesta su poder, su amor y su gran propósito de revelar a través de los creyentes a Cristo mismo (Gálatas 4:19).

Por esto, Dios ha llenado a los creyentes de dones y habilidades. Dones operativos (charis, habilidades naturales para hacer algo), dones espirituales (charismata, dones sobrenaturales) y dones ministeriales (doma, profesión u oficio). (Romanos 12:6-8, 1 Corintios 12:4-11, Efesios 4:11-13). Y cada uno de nosotros tenemos nuestro propio don o habilidad, para el servicio de la iglesia, (1 Corintios 7:7) y recibimos de Dios este don particular para ponerlo al servicio de la iglesia de Cristo, para que cada uno, al cumplir con su función específica, ayude a que los demás se desarrollen, entonces todo el cuerpo crece y está sano para ir edificándose en amor. (Efesios 4:16)

Por lo tanto, estamos llamados a administrar y ministrar a otros, la multiforme gracia de Dios, como buenos administradores (1 Pedro 4:10), para que la iglesia unida vaya por los perdidos, en su labor por el gran amor de Dios y revele el evangelio de poder, de nuestro Señor Jesucristo. ¡Cuánto amor y cuánta responsabilidad nos ha sido dada por Dios!

Reflexiona un momento, ¿estamos asistiendo y sirviendo en una iglesia de sana doctrina? Si no lo has hecho, esta es tu oportunidad de reflexionar y aceptar el llamado de disponer en manos del Señor los dones y habilidades que Él te ha dado, para seguir creciendo en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y usarlo bien para servirnos los unos a los otros.