Dios nunca nos deja
2018-06-15
1. Oración inicial
Señor, déjame oír cada día de tu misericordia y amor, sé que en los momentos de mayor dificultad estarás ahí sustentándome y sosteniéndome en mi debilidad y obrando si es preciso de manera sobrenatural sobre todas las circunstancias. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo”, 1 Reyes 17:2-6
3. Reflexiona
Cuando Dios llama a Elías le da palabra para que diga al rey Acab que viene una gran sequía sobre la tierra de Israel a causa de la idolatría. Eran tiempos muy tensos para el profeta, pues se había ganado muchos enemigos por causa de su persecución a los Baales. Se le dio la orden de esconderse ya que el rey se disgustó por el anuncio y su vida corría peligro.
Hay momentos en la vida en que podemos estar en las mismas condiciones de Elías con temor, sin saber qué hacer y adonde ir, por estar haciendo lo correcto, por obedecer la Palabra de Dios y seguir sus preceptos. Son momentos de angustia y desesperación donde nos encontramos solos, sin apoyo humano y dependiendo únicamente de la providencia de Dios.
Elías era considerado como el mayor profeta del Antiguo testamento después de Moisés, se le llamó: “el hijo del desierto, el solitario” porque su ministerio lo hizo prácticamente solo y por su manera de vivir; tan es así que cuando Juan Bautista aparece en escena en el Nuevo testamento, todos pensaron que Elías había regresado.
Dios siempre levanta a las personas y las adapta para el servicio independientemente de las circunstancias. Este hombre apareció en el momento oportuno y de gran necesidad dentro del pueblo de Israel, donde una gran oscuridad espiritual reinaba y estaban totalmente apartados de Dios. Lo sostuvo milagrosamente alimentándolo a través de cuervos y proveyéndole agua de un arroyo que se estaba secando. De la misma manera que proveyó mana y codornices a su pueblo en tiempos difíciles.
Así como Elías hay momentos en que Dios nos aparta para alentarnos y prepararnos si estamos decaídos, y proveerá milagrosamente para que podamos soportar el desierto por el que estamos atravesando, esto debe animarnos a seguir adelante y a confiar en el Dios que hemos creído, Él cual nunca nos dejará, ni nos desamparará.
Hagamos de nuestra vida personal con Dios un arroyo de provisión y un manantial que nunca se agote.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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