Dios nos restaura, sostiene, fortalece y afirma. Parte 2

Mi Señor, tú me sostienes en medio de las diversas pruebas y en mis debilidades, que cada cosa que me suceda sea para tu gloria y para tu honra, que mi corazón sea reafirmado para agradarte en todo. Amén.

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”, Santiago 1:2-4

Los discípulos sufrieron muchísimo, pero aprendieron humildad, fueron edificados y fortalecidos en la fe y Dios los usó para impactar al mundo entero (1 Pedro 5:9). Por ejemplo, todas las dificultades que tuvo Pablo sumaban al plan de Dios, lo hacían crecer, fortalecerse, afirmarse y al final da como testimonio la escritura: “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio,” (Filipenses 1:12). Por eso debemos resistir la prueba, porque luego a su tiempo recibiremos gran bendición y nuestra conducta, al ser moldeada en medio de las circunstancias adversas, nos llevará a ser ejemplo como se nos enseña en 1 Timoteo 4:12 donde promueve que seamos ejemplo de conducta, amor, espíritu, fe, amor y pureza.

Así que, al ser sobrios, calmados y tener dominio propio, en cualquier circunstancia del diario vivir, estaremos dando un testimonio impactante y seremos verdadera luz. El Señor por medio de las dificultades nos perfecciona, afirma, fortalece y edifica en medio de una prueba que dura un tiempo, para luego bendecirnos de manera sorprendente.