Dios nos llama a anunciar el evangelio
2019-07-25
1. Oración inicial
Señor Jesucristo, me has comisionado para predicar tu evangelio a toda criatura, hazme entender por medio de tu Santo Espíritu a quien quieres que vaya y dispón mi corazón para levantarme y hacer lo que me pides. Quiero ser sensible a tu voz cuando hables a mi corazón para obedecerte. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio”, Hechos 16:6-10
3. Reflexiona
En este pasaje se ve la importancia de la guía del Espíritu Santo para llevar a cabo la obra. En nuestra dimensión espiritual hay una función que es la intuición espiritual, con ella podemos percibir las ideas y pensamientos de Dios, que son colocados en nuestra mente para recibir su dirección. No sabemos exactamente cómo el Espíritu Santo le dijo al apóstol Pablo que no fuera a Asia, lo más probable es una convicción interna fruto de su comunión con el Espíritu Santo, que le dejó claramente las impresiones de Dios y le permitió percibir lo que el Señor quería.
Conocer su voluntad no necesariamente indica que tenemos que oír su voz, pues el Espíritu Santo se manifiesta de diferentes maneras. Él habla en primera instancia a través de su Palabra, habla a través de la iglesia, de las circunstancias, a través de otros cristianos maduros que pueden ayudarnos a comprender la voluntad de Dios, habla a través de los dones dados a los creyentes por medio del Espíritu Santo o a través de visiones y sueños. Lo esencial es que de una u otra forma debemos aprender a escuchar su voz y a obedecer lo que el Señor nos pide.
El Espíritu Santo en dos ocasiones le prohíbe a Pablo compartir la Palabra, y aunque de pronto no entendía las razones, Pablo es obediente a la voz de Dios. Cuando busquemos la voluntad de Dios, asegurémonos que todo lo que pretendemos esté de acuerdo con su Palabra. Debemos ser sensibles a la guía del Espíritu, cuando nos enfrentamos a situaciones donde no sabemos qué hacer, Él puede comunicarnos su voluntad.
Luego, a través de una visión, el Espíritu le dice a Pablo exactamente a dónde debe dirigirse a compartir el evangelio. Se le revela una imagen de un joven macedonio, que le pide ayuda. Pablo sabe que se está abriendo la puerta para ir a Macedonia donde el evangelio es predicado con gran éxito.
La obediencia de Pablo al llamado macedónico permitió que el evangelio fuera llevado a Europa, porque Filipos fue la primera provincia convertida en Europa. También hay evidencia de que el cristianismo llegó a Roma tempranamente por algunos creyentes que huyeron durante la persecución. La voluntad de Dios es extender el evangelio a todo el mundo.
El Espíritu Santo hará todo lo posible para dirigirnos a cumplir la Gran Comisión, por eso determinará el rumbo que debemos seguir para evangelizar las naciones. Oremos constantemente por el trabajo misionero. Quizás el Señor no nos está enviando a otro lugar, pero si nos está colocando personas todos los días para que les compartamos de su amor y de su gracia; no seamos sordos a su llamado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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