Dios nos consuela para que consolemos

Señor danos tu paz en medio de las dificultades de la vida, trae consuelo a nuestra vida y cierra las heridas más profundas que solo tu puedes sanar. Se tú nuestro refugio en los momentos difíciles.

«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación», 2 Corintios 1:3-7

Muchos pensamos que cuando Dios nos consuela, nuestras aflicciones desaparecerán como por arte de magia; no es así siempre, queremos ser librados de las tribulaciones pero Dios no quiere que solo lo busquemos para esto, sino para mostrar nuestro amor por Él. Entendamos que cuando el Señor nos consuela, significa que recibimos fortaleza, ánimo y esperanza para hacer frente a las aflicciones. Cuanto más sufrimos, más somos consolados por Dios. Si hoy te estas sintiendo abrumado, desamparado, dale la oportunidad a Dios de que te consuele buscándolo en oración y recuerda que cada problema que enfrentemos es la oportunidad para ayudar a otras personas que lleguen a sufrir lo mismo que nosotros hemos padecido. Busca refugio en su presencia.