Dios no tiene la culpa
2018-11-30
1. Oración inicial
Señor, tú quitaste la culpa por mis pecados por medio de tu hijo Jesús, en la cruz me has liberado y ya no soy condenado. Guíame para vivir de acuerdo a tu plan y servirte con todas mis fuerzas. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
«La insensatez del hombre pervierte su camino y enfurece su corazón contra el Señor.», Proverbios 19:3
«Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.», Santiago 1:13-15
3. Reflexiona
Muchas personas se enojan contra Dios, culpándolo de la situación por la que están pasando, “a mí me tocó esta vida”, pero también echándole la culpa a algo que no existe, a la suerte, “a mí me tocó esta suerte…”, culpan al destino o a la suerte, a una falsa causalidad o a la casualidad. Esto se conoce como fatalismo y es algo predominante en cultos paganos,
La Biblia nos revela las profundidades del corazón del hombre, mostrándonos que somos responsables morales de lo que hacemos, si bien no podemos cambiarnos nosotros mismos, somos responsables de aceptar el plan de Dios o rechazarlo, somos responsables moralmente de ser personas de fe o seguir en la incredulidad (Juan 20:27, Ezequiel 18:20).
Contundentemente la escritura nos enseña acerca de esta responsabilidad moral: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:17-18).
Si no aprobamos tener en cuenta a Dios, tendremos una mente reprobada, con tendencia solo al mal, a seguir los deseos equivocados, lo que desembocará en conductas perversas con consecuencias de dolor y muerte, “recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.”. (Romanos 1:18-32)
Dios no tiene la culpa, pero si nos quita la culpa por medio de la fe en Jesús. Así que no vivamos resentidos contra Dios, porque es de nosotros la responsabilidad de ir a la Luz, para que sean abiertos nuestros ojos, no sea que luego seamos de aquellos a los cuales se les diga que: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3:19).
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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