Dios mi mejor amigo

Padre Bueno cuán grande es tu misericordia para conmigo, un día me llamaste y yo escuche tu voz, me has permitido entrar en amistad contigo, te ofrezco mi compromiso, mi responsabilidad y mi lealtad. Señor confió en ti plenamente. Te amo Señor. Amén

«Ya no te llamaré siervo, sino amigo, porque todas las cosas que se de mi Padre, te las daré a conocer», Juan 15:15.
“(Abraham) Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”, Génesis 15:6

El mayor éxito en la vida espiritual está en la prioridad que damos a la amistad con Dios. Vemos en la Biblia que a Moisés se le llamó “compañero de Dios”, a Daniel se le llamó “varón amado”, a David se le llamó “conforme al corazón de Dios”, a Juan se le llamó “Discípulo amado”, pero solo a Abraham se le dio el título de “amigo de Dios”. A los discípulos Jesús les dijo que ya no los llamaría siervos sino amigos. ¿Qué tenemos que hacer para ser amigos de Dios?
Dice la biblia que Abraham Creyó y dejo todo. Él era un hombre muy rico, pero cuando Dios lo llamó, le creyó de inmediato y dejó todo lo que tenía. Esto no es fácil, pero allí comienza la caminata, la aventura, el compañerismo y la amistad entre Abraham y Dios. El acontecimiento que sella la amistad entre ambos es el acto donde Dios pide a Abraham ofrecer a Isaac, su único hijo, como prueba de que confía en Él. La amistad sólo se da cuando hay credibilidad, confianza y fe. Abraham creyó y esperó el tiempo necesario.
La amistad con Dios está reservada para aquellos que le dan reverencia y con todo el corazón le buscan, sólo necesitamos escaparnos de nuestra rutina diaria para tener un encuentro personal y entrar en intimidad con El, en completa adoración, exaltación, dándole acción de gracias por permitirnos nacer y vivir y porque fuimos planeados por su buena voluntad.
La Biblia dice: “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien”. Apropiémonos de sus promesas, Él es el amigo que nunca falla.