Dios hace un llamado
2019-05-05
1. Oración inicial
Amado Dios, me has llamado por mi nombre, a ser instrumento de bendición, a extender tu reino aquí en la tierra y quiero ser fiel y corresponder a tu llamado, pues tú cumplirás tu propósito en mi vida según su perfecta voluntad, te amo mi Señor, amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”, Mateo 4:21-22
3. Reflexiona
Muchas veces pensamos que el llamado sólo es para profetas, apóstoles, evangelistas, pastores o maestros, pero todos estamos obligados a atender el llamado del Señor, todos estamos obligados al servicio del Señor. Dios siempre llama a gente que está ocupada. Por ejemplo a Abraham le dice: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Gen 121b). Abraham vivía en Ur de Caldea que era una ciudad gigantesca y la familia era una de las más prósperas en esa época y Dios le dice que deje todo, él partió tal como Dios se lo ordenó, llegó a Canaán y allí fue muy bendecido porque obedeció al llamado.
Otro ejemplo es Moisés quien fue salvado de las aguas y llevado al palacio donde aprendió toda la instrucción de monarcas para luego aplicarla. Vemos que Moisés estaba apacentando las ovejas de su suegro cuando Dios se le aparece en la zarza ardiente y Dios lo llamó para que sirviera de instrumento para redimir al pueblo de la esclavitud de Egipto y constituir la ley (Éxodo 3:1-3)
La Biblia nos cuenta que a Gedeón vino el ángel del Señor cuando estaba trillando trigo para protegerlo de los madianitas y le dijo: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jueces 6:12b) y allí le encomendó la tarea de salvar a Israel de la mano de los madianitas. El pequeño y buen siervo David, estaba cuidando el rebaño cuando el profeta Samuel lo ungió por mandato de Dios para ser rey de Israel. Eliseo estaba arando un campo con un par de bueyes y el profeta Elías arroja su manto sobre él como una invitación a seguirle, Eliseo inmediatamente obedece, quema su arado, cocina los bueyes y se los da a sus amigos para comer. Eliseo no tomó tiempo para pensarlo, dijo sí inmediatamente al llamado de Dios a través de Elías.
Dios llama a gente ocupada y el costo de seguirlo es grande, pero el de no seguirlo nos puede pesar aún más. Para seguir al Señor tenemos que salir de nuestra zona de confort, pues nos ha llamado a servir y la recompensa será gloriosa, por tanto seamos fieles a su llamado.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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