¡Dios háblame!

«Padre Celestial, si notas que he caído en tentación y no me he querido dar cuenta, háblame, no me dejes continuar en mi pecado, no dejes que me separe más de ti. Hazme volver a tu camino cada vez que me salga de él. Amén.»

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”, Mateo 26:41.

Los seres humanos siempre estaremos rodeados de debilidad, las tentaciones y las circunstancias que ponen a prueba nuestro carácter como hijos de Dios están a la orden del día. Por lo tanto, lo malo no son por sí mismas las tentaciones, lo que debemos evitar a toda costa es caer o entrar en ellas. Como dice el refrán: no podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, lo que podemos evitar es que hagan nido en ella y esto lo logramos a través de la oración.

Hay tantas tentaciones como diferentes tipos de personas en el mundo. Algunas tentaciones son sutiles y pasan desapercibidas: pasar horas en internet, perder el tiempo en redes sociales, chismear, comprar o comer compulsivamente, decir mentiras, ser impuntuales, desordenados, egoístas o envidiosos; otras son más que evidentes: robar objetos, consumir alcohol o drogas, mirar pornografia, ser infieles o tener problemas o aberraciones de tipo sexual, etc. Cualquiera que sea el caso, entrar o caer en la tentación implica pecar contra Dios y por ende separarnos del propósito de Dios para nuestra vida, de allí la importancia de velar (estar alerta) y orar para que esto no pase.

Una persona que dependa de Dios por completo y anhele agradarle no puede hacer menos que orar para reconocer las tentaciones y huir de ellas, e incluso si cayere (porque la carne es débil), la oración de confesión por las faltas cometidas y la gratitud por el perdón no merecido por medio de Cristo debe ser lo que nos caracterice como hijos de nuestro Padre Celestial que nos ama y lo ha dado todo por nosotros.

Orar para no entrar en tentación y orar para no continuar en pecado nos dará la fuerza para permanecer en el camino correcto.