Dios fortalece al cansado. Parte 2

«Señor Jesús, quiero ser más como tú, manso y humilde de corazón, para responder con amor ante situaciones difíciles, que tu paz en mi se refleje hacia los demás. Amén»

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo 11:29

“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”, Mateo 5:9

El Señor nos da la clave para vivir en su descanso, en el reposo de su gran amor, cuando nos dice: “Llevad mi yugo sobre vosotros”, la palabra “yugo” denota en su original griego, unión, es decir que lo que nos pide el Señor es que no nos separemos de Él ni de su Palabra, que mantengamos una relación (unción) permanente, constante y creciente con Él y nuestra recompensa será que hallaremos verdadero descanso para nuestra alma.

Además nos enseñará, cuando dice “y aprended de mí”, es decir que nos dará ejemplo, si Él pudo soportar todas la injurias, malos tratos y humillaciones, sin que saliera de su boca una sola mala palabra (Isaías 53:7), nosotros también podemos ser llenos de humildad y mansedumbre, porque si cuando nos presionan, respondemos con orgullo, con ira o desprecio con los que nos desprecian, ¿qué hay en nuestro corazón?, estaremos demostrando falta de paz y un cansancio espiritual latente.

Por lo tanto, ¿estás angustiado por algo?, corre a los brazos de nuestro Salvador, Él nos enseñará a ser mansos y humildes de corazón para responder con amor aun en medio de la más alta presión por la que estemos pasando y así mismo a ser pacificadores, porque llevamos paz a otras personas.