Dios es soberano
2016-07-18
1. Oración inicial
Gracias, Dios soberano, porque mis tiempos están en tus manos, mi pasado, mi presente y mi futuro, mueves todos los hilos de la historia y nada se escapa de tu control, obrarás cumpliendo siempre con tu plan perfecto, por eso enséñame a confiar plenamente en ti, pues tus planes, tus propósitos y caminos, son más altos que los míos. Amén
2. Lee la palabra de Dios
«Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera», Hechos 4:24,28
«la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén”, 1 Timoteo 6:15-16
«y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”, Apocalipsis 1:5-6
3. Reflexiona
La soberanía de Dios se puede observar en el diario vivir. Todo lo hizo y tiene potestad en los cielos, en la tierra y lo gobierna todo. Determina todo lo que sucede, es el único que trasciende en el tiempo, es inmortal. Su Reino es sempiterno, porque es eterno e invariable. En su Palabra dice, que Jesucristo es el soberano de todos los reyes de la tierra. El Rey de reyes y Señor de señores.
Por ser Soberano, todo lo que hace tiene sentido, aun cuando no lo tenga para nosotros. Recordemos que cuando hay períodos difíciles, es cuando nuestra fe se pone a prueba. Dios está presente e involucrado en nuestras vidas, aunque pareciera que no nos oye, o que nos ha abandonado.
El camina junto a nosotros aunque no lo veamos, aunque no encontremos razones para explicar, los hechos que parecen no tener sentido. Es aquí, donde podemos dejar de confiar y terminamos confundidos, reprochando a Dios. Pensamos que nos ha dejado y desamparado. Pero, Él dice “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
Nunca el silencio de Dios, es desinterés por nosotros, recordemos que con Dios, aun cuando nada nos parece que esté ocurriendo, algo está sucediendo.
Sus ojos siempre están sobre los justos y sus oídos atentos siempre a sus oraciones. Su diestra nos sustenta y nos sostiene, en los momentos de dificultad. Todas las promesas de su Palabra son reales y se cumplen en su tiempo, porque, su tiempo es perfecto, aun cuando parezca estar desastrozamente atrasado. Él jamás está apurado. Su tiempo es un presente continuo.
Cuando su amigo Lázaro enfermó, Jesús se quedó más tiempo donde estaba. Sus hermanas confiaban en Él, era su amigo, tenían todas las razones para creer que llegaría urgentemente, pero no lo hizo. Deben haberse confundido, pensaron que quizás estaba demasiado ocupado para acudir a su llamado. Por eso le reclamaron: “¡Señor si hubieras estado aquí, nuestro hermano no habría muerto!”. Jesús no estaba atrasado, llegó en el momento preciso para cumplir el propósito de Dios. Todo esto debería darnos más confianza y descansar en su soberanía. Dejemos que Dios sea Dios.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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