Dios es santo
2016-07-19
1. Oración inicial
Amado Dios cuanta grandeza infinita, bondad, poder y gloria majestuosa hay en ti. Quiero vivir en santidad, benignidad, justicia y pureza, pues quiero ser digno de ser creado a la imagen tuya y ser santo como tu eres santo. Bendito, para siempre sea tu santo nombre. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo”, Isaías 6:1-4
“sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”, 1 Pedro 1:15-16
3. Reflexiona
La santidad de Dios es más que sólo su perfección o pureza sin pecado; es la esencia de su trascendencia. La santidad de Dios personifica el misterio de su majestuosidad y nos hace mirarlo con asombro.
En la visión de Isaías, el serafín dio voces, diciendo: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria”. Isaías fue testigo presencial de la santidad de Dios en su visión. Aún los ángeles en la presencia de Dios, cubrían sus rostros y pies con cuatro de sus seis alas. El cubrir su rostro y sus pies sin duda muestra la reverencia y asombro inspirado por la presencia de Dios. Y si los serafines exhiben tal reverencia en la presencia de Jehová, con cuán profundo respeto deberíamos nosotros como criaturas pecaminosas, intentar acercarnos a Él. La reverencia mostrada a Dios por los ángeles debe recordarnos nuestro propio atrevimiento, cuando llegamos de forma apresurada, irreverente ante su presencia, porque no entendemos lo que es su santidad.
Juan también tuvo la visión del trono de Dios similar a la de Isaías. Aquí los seres vivientes alrededor del trono proclaman: “Santo, santo, santo, es el Señor Dios Todopoderoso”, en reverencia y admiración ante el Santo. Cristo había colocado su mano sobre Juan y le había dicho que no tuviera temor. De la misma forma, nosotros podemos acercarnos al trono de gracia si tenemos la mano de Cristo sobre nosotros en la forma de su justificación, cambiada por nuestro pecado en la cruz. Esto nos prepara para recibir su amonestación: “Sed santos, porque yo soy santo”. La santidad de Dios debe ser buscada y procurada por todos sus hijos.
Hermano, Dios es la fuente de la santidad, por tanto, busquemos la santidad en Él y que nuestra oración sea que «el Dios de paz os santifique por completo y todo vuestro ser sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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