Dios es omnipresente

Amado Dios, por tu divina Omnipresencia puedo recurrir a ti desde este lugar donde me encuentro, pues ahora mismo tu estas aquí donde yo estoy. Tú estás conmigo para ayudarme y asirme con tu diestra poderosa. Me refugio en ti y te doy gracias Amado Dios. Amen

“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí”, Salmo 139:7–11

Decir que Dios es omnipresente significa que Él está presente en todas partes, con todo su ser en todo momento. La biblia revela que Dios existe fuera de nuestro mundo creado: “El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad; él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra.” Sin embargo, Dios también está en todas partes dentro de nuestro mundo. El Salmista dice: “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia?”
Algunos sistemas religiosos enseñan que Dios está en todas partes, porque Él es todo. Esta creencia, llamada panteísmo dice que Dios se difunde por todo el universo, por lo que los árboles, las rocas, los animales, las estrellas y la gente son todos, parte de Dios. Este no es el concepto bíblico de la omnipresencia. Dios puede revelarse en un solo lugar, sin embargo, su presencia está a la vez en todas partes del universo, pero eso no significa que todos somos parte de Dios.
Una mayor comprensión de la omnipresencia de Dios hace que la encarnación de Jesús sea aún más significativa. El Dios omnipresente del universo escogió limitarse a un cuerpo físico humano para vivir entre nosotros. Además, Él experimentó los dolores y las alegrías de la humanidad, sufriendo en nuestro lugar como sacrificio por nuestros pecados. Mientras que Jesús nunca abandonó su divinidad, optó por tomar la forma de un ser humano para mostrar la plena magnitud de su amor.
La omnipresencia nos informa de la grandeza de Dios, destaca el amor de Él, expresado en Jesucristo, y nos recuerda que nunca podemos escondernos de Dios, ni debemos desear hacerlo.
La omnipresencia de Dios es una fuente de consuelo para los hijos de Dios, pero también es una advertencia. Dios lo ve todo, lo observa todo, hasta nuestros más ocultos pensamientos, deseos e intenciones. Y además los conoce desde siempre, antes de que tengan lugar en nuestro presente. Por tanto caminemos en santidad porque su presencia está con nosotros.