Dios es fiel y su Palabra inconmovible
2019-11-09
1. Oración inicial
Señor, gracias por la revelación de tu Palabra por medio de la cual has purificado nuestros corazones, llévanos a vivir vidas santas, danos templanza o dominio propio para no dejarnos seducir del mundo y de la carne, ciñe los lomos de nuestro entendimiento, de manera que vivamos con la mente Cristo, glorificándote en todo. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”, 1 Pedro 1:13–25
3. Reflexiona
Vivimos en tiempos peligrosos dice la Biblia en 2 Timoteo 3:1, nada es seguro ni perdurable, el futuro del planeta produce pesimismo hasta en los mismos creyentes. En una era como ésta, sólo una cosa tiene garantía de ser inconmovible, la Palabra de Dios, y esto debe llenarnos de esperanza porque sabemos que Jesús dijo en Mateo 24:25 «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». Cuando el mundo a nuestro alrededor se esté desintegrando podemos mantenernos firmes en la Palabra de Dios. Por eso es tan importante edificar nuestra vida sobre las constantes verdades de la Biblia y disponernos a llevar una vida santa.
Dios es la fuente de la santidad, es Santo en su esencia y quiere que seamos participantes de esa santidad, siendo como Él. Quizá es una demanda difícil para nosotros. Sabemos que no podemos llegar a ser santos por nuestros propios esfuerzos, necesitamos ser santificados por Dios, quien no sólo da el mandamiento de ser santos, sino que está dispuesto a dar el poder por medio de su Santo Espíritu, quien también nos ayuda a ser obedientes y a vencer el pecado.
El inminente regreso de Cristo debe ser una motivación a vivir para Él. Eso significa estar mentalmente vigilantes («ceñid los lomos de vuestro entendimiento»), disciplinados («sed sobrios»), y concentrados («esperad por completo»). ¿Será que estamos listos para encontrarnos con Cristo? Evitemos entonces toda codicia de lo temporal y pongamos todo nuestro tiempo, dinero y energías en lo permanente: la Palabra de Dios y nuestra vida eterna en Cristo.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn