Dios es amor

Padre Amado, Tú, eres la fuente del amor y en esa fuente se sacia mi alma, tu amor es incondicional, tu amor no tiene límites. Es a causa de tu amor que soy capaz de amar con el más puro afecto, pues tú has derramado tu amor en mi corazón a través de tu Santo Espíritu, gracias Señor. Amen

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”, Juan 3.16
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”, 1 Juan 4:8
“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, Romanos 5.8
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.”, 1 Corintios 13: 4-8

Nuestro amor es condicional, se basa en sentimientos y emociones que pueden cambiar de un momento a otro, pues vemos que la tasa de divorcios es extremadamente alta en la sociedad actual, porque los esposos y esposas supuestamente dejan de amarse unos a otros, pero, el amor de Dios permanece y trasciende la definición humana.
El apóstol Pablo dice: ¡Qué amor tan sin igual y precioso! La historia de la relación de Dios con los hombres se resume en tres palabras: “Dios es amor”. El amor es en el acto de entrega; Dios sacrificó a su Hijo único para que todo aquel que en El crea, no se pierda sino que pase la eternidad en su compañía. Este es un amor asombroso, porque nosotros somos quienes escogemos estar separados de Dios por nuestro propio pecado, y aun así, es Dios quien enmienda esta separación por medio de su intenso sacrificio personal, y todo lo que tenemos que hacer es aceptar su obsequio.
El amor de Dios es incondicional; él nos ama porque él es amor. Él nos creó para tener una relación amorosa con él y sacrificó a su propio hijo para restaurar esa relación.
Los versos de 1 Corintios 13 es la más hermosa y poética descripción que Dios hace del amor y nos es comunicada en su Palabra. Asombrosamente, Dios ha otorgado este sinigual amor, a aquellos que reciben a su Hijo Jesucristo como su Salvador personal, y les ha dado la habilidad de amar como Él lo hace. ¡Qué privilegio y desafío tenemos! Pues, nuestro reto es aceptar su gran amor, experimentarlo en nuestra vida y transmitirlo a los demás.