Dios en nuestro diario vivir
2016-09-11
1. Oración inicial
Amado Señor, hoy me recuerdas que contestas las oraciones cuando provienen de un corazón contrito y humillado. Cuando salen de un corazón sincero y lleno de amor. Espíritu Santo, gracias por ayudarme en mi debilidad y por llevar mis peticiones delante del Padre. Quiero permanecer en ti y en tu Palabra y orar por todos los asuntos y personas que me rodean. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”, Juan15:7
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles», Romanos 8:26
3. Reflexiona
Dios contesta la oración. La clave para que esto siempre sea así, es permanecer en Él. Nos cuesta mucho trabajo permanecer en las cosas de Dios. Fácilmente nuestros afanes diarios nos apartan del Señor, el cansancio, la pereza, el entretenimiento en cosas superficiales, nos hacen sacrificar el tiempo para permanecer en Dios y en su Palabra. Esto es una lucha diaria, pero tenemos un aliado quién nos ayuda en nuestra debilidad y es el Espíritu Santo.
La vida del cristiano es un diario controlado por el Espíritu de Vida. No es una vida diseñada solo para el fin de semana, sólo para la iglesia o para el domingo cuando nos congregamos. Es una vida diseñada para todo momento y en todo lugar; para el hogar, el colegio, la universidad, el trabajo, etc. Es en cada una de estas partes donde el Señor espera que vivamos una vida llena y controlada por el Espíritu Santo. La vida llena del Señor debe ser la fuente de poder y fuerza, que satisfaga cada necesidad que tengamos y nos ayude a sortear todas las dificultades diarias.
Es claro cuando el apóstol Pablo dice en el libro de Romanos, que es el Espíritu de Dios, quién nos ayuda en nuestra debilidad y es el que sabe pedir como conviene. Es nuestro intercesor. Él escudriña y conoce nuestro corazón y pide conforme a la voluntad de Dios. Por eso es nuestro gran aliado.
El Señor quiere que usemos la oración más que como una lista de peticiones, como una forma de vida. Que podamos involucrarla en todos los asuntos que nos atañen. Es acercarnos en silencio en nuestro salón de clase, en la reunión en nuestra oficina, en el duro trabajo en el hogar, cuando esforzamos nuestras manos para trabajar, cuando hacemos algún negocio, cuando estamos en un lugar público. La oración debe ser la constante en nuestra vida.
Ejercitémonos en la oración y veremos grandes cosas. Recuerda que Dios responde a los anhelos silenciosos del Espíritu dentro de nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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