Despojarse del viejo hombre
2018-02-06

1. Oración inicial
Amado Padre, delante de tu presencia quiero despojarme de toda palabra pervertida de mi boca, desechar toda mentira de mis labios y llenar mi corazón de misericordia y perdón. Que tu Santo Espíritu sea la fortaleza en mis debilidades, Amén.

2. Lee la palabra de Dios
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”, Efesios 4:22-32

3. Reflexiona
Pablo esperaba que los efesios experimentaran cambios trascendentales, al igual para nosotros hoy en día. Él hace tres afirmaciones: despojarse, vestirse y desechar, y esto se logra cuando el viejo hombre ha sido crucificado y sepultado, y a medida que consideramos que esto es verdad, nos despojamos de ese viejo hombre que está viciado con deseos engañosos. Dios ha hecho su parte; ahora nos corresponde que creamos lo que Él ha dicho y que nos vistamos con vestiduras de justicia y santidad.
La manera práctica de cumplir esta palabra, es reemplazar la mentira por la verdad. La verdad debe ser la bandera del cristiano. Pablo llamó a la iglesia “Columna y baluarte de la verdad”. La ira y el enojo cambiarlas por la misericordia. Esto nos habla de aprender a controlar nuestro temperamento. El hurto remplazarlo por el trabajo. El principio cristiano establece que cada hombre trabaje honradamente en lo que sea bueno, no sólo para cubrir sus propias necesidades y así evitar la tentación de robar, sino para ayudar a otros que tienen necesidad. Las palabras corrompidas cambiarlas por la edificación. Según Pablo, vivir hablando palabras corrompidas equivale a dejar de edificar el cuerpo de Cristo y afligir al Espíritu Santo. El resentimiento cambiarlo por el perdón. El creyente es llamado a perdonar a otros como él mismo es perdonado por Dios, en Cristo Jesús.
El creyente con una nueva vida, con firmeza podrá afirmar: “Ya no vivo yo, más Cristo vive en mi”

4. Alaba a Dios

5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn