Deléitate en el Señor
2020-10-25
1. Oración inicial
«Señor Jesús, tu eres mi deleite, por eso moldea mi corazón para amarte, servirte y conocerte mejor. Quiero estar dispuesto a entregarte todo, encomendarte mi vida, mi familia y todos mis asuntos para que hagas tu perfecta voluntad, enséñame a andar en tus caminos y a esperar en ti confiando plenamente en tu fidelidad. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades”. Salmos 37:3-7
3. Reflexiona
Esta porción bíblica usa verbos imperativos como: confía, deléitate, encomienda, calla, espera; con el fin de que ejercitemos nuestra fe depositando toda nuestra confianza en Dios y así vivir tranquilos porque descansamos en su fidelidad.
Aquí vemos que la fe y la obediencia van de la mano. Confiar y deleitarnos en Dios es el secreto para vivir en contentamiento, ya que todos nuestros anhelos estarán acordes con su voluntad. Deleitarse en Dios no es sólo un privilegio, es un deber. Estar en su presencia es conocerlo, amarlo y servirlo y en consecuencia Él renueva y santifica nuestro ser.
La palabra deleitar es “anag” que en hebreo significa “suave, moldeable”, por eso debemos dejar que el Señor moldee nuestra vida; también significa “ser feliz”, felices de estar en los caminos del Señor; y también significa “dulce”, entonces deleitarnos es dejar que la dulzura de su Palabra llene nuestra vida.
Disfrutar de nuestra relación con el Señor hace que nos conceda los deseos más profundos de nuestro corazón; y al hablar de las peticiones del corazón, no estamos hablando de necesidades básicas, sino de aquellos anhelos y sueños que tenemos que no son caprichos o antojos, sino que son motivados por un corazón transformado que desea ser guiado por el Espíritu Santo para agradar a Dios siempre.
Cuando nos gozamos en su presencia podemos conocerlo mejor, porque el conocimiento de su gran amor nos da deleite, entonces entregamos todo lo que somos y hacemos, sin reservas, por eso “encomienda” significa confiarle todo al Señor para su control y dirección: nuestra vida, familia, trabajo, posesiones, tiempo, etc. Él cuidará de nosotros y de nuestra familia mejor de lo que nosotros pudiéramos hacerlo. Por eso debemos aprender a ser pacientes y esperar en Él, porque hará lo mejor para nosotros.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn