Dedo de Dios es este
2021-11-18
1. Oración inicial
«Mi amado Señor, ante situaciones que parecen imposibles de resolver, dame la fe suficiente para no dudar de ti. Déjame ver el mar abierto de posibilidades delante de mí. Que mi fe pueda mover montañas y abrir caminos donde no los hay, porque eres un Dios de imposibles. Haz que no pierda la esperanza, por el contrario, enséñame a orar con valentía dejando que tú actúes para ver cosas increíbles a mi alrededor. En el nombre de Jesús, Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” Éxodo 8:19.
“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” Éxodo 14:13-14.
3. Reflexiona
Si recordamos, en el libro del Éxodo, Moisés en compañía de su hermano Aarón le pidieron en repetidas ocasiones al Faraón de Egipto que dejara salir a su pueblo y lo liberase de la esclavitud; pero cada vez endurecía más su corazón, por lo que, ante su negativa, empezó Dios a hacer grandes señales, enviando plagas al pueblo de Egipto. En un principio, los magos de Faraón imitaron algunas de las primeras señales con sus poderes de las tinieblas, pero llegó el momento en que no pudieron hacerlo y dijeron “Dedo de Dios es este”.
Esta imitación de las plagas revela el poder que Satanás tiene para engañar a los seres humanos, y cuando los magos no pudieron deshacerlas, el Faraón estaba tan disgustado que parecía dispuesto a prometer cualquier cosa. Dios lo estaba obligando a reconocer quién era Él, sin embargo, el corazón del Faraón se endureció aún más.
Al final de las diez plagas, que terminaron con la muerte de todos los primogénitos de Egipto, Faraón dejó partir al pueblo de Israel; después cambió de parecer y empezó a perseguirlos hasta las orillas del mar Rojo. Cuando los israelitas no supieron qué hacer, pues estaban atrapados entre la espada del ejército del Faraón, que venía contra ellos, y el mar, pensaron que no tenían escapatoria y empezaron a dudar de Dios y murmuraron contra Moisés. La fe de Moisés fue inquebrantable exhortando al pueblo a no temer, convencido de que Dios haría nuevamente algo sorprendente. Aquí fue donde el Señor desplegó todo su poder para liberarlos, abriendo el mar Rojo ante ellos para que huyeran por camino seco.
Así es con nosotros, a veces dudamos en nuestro corazón cuando nos encontramos entre la espada y la pared con situaciones que parecen imposibles; olvidamos fácilmente que tenemos un Dios poderoso que siempre ha actuado en nuestras vidas y seguirá haciéndolo, abriendo camino para que salgamos adelante. Los incrédulos, como los magos del Faraón, reconocieron el poder de Dios ante sus grandes manifestaciones, esto debe enseñarnos que no importa cuál sea la situación, Dios intervendrá a favor de nosotros cuando confiamos plenamente en Él. Que hoy podamos decir “dedo de Dios es este”, así que no seamos incrédulos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Escúchanos en Spotify
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn