De una vida en ignorancia a una vida en santidad
2022-06-11
1. Oración inicial
«¡Señor! Desde el momento en el que te abrí las puertas de mi corazón me permitiste entender que, antes de conocerte, vivía bajo la ignorancia, pues mis actos estaban viciados conforme a los deseos engañosos. Más ahora, que mis ojos te ven, puedo creer que ya no vivo bajo esta condición, sino bajo mi nueva identidad de justicia y santidad, la cual me ha sido entregada por amor, gracias a ti Cristo Jesús, amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”, 1 Pedro 1:13-16
3. Reflexiona
Antes de aceptar a Cristo en nuestro corazón vivíamos en un estado de ignorancia, pues no éramos conscientes de que esclavos éramos del pecado. ¿Dónde surgió esta esclavitud? En el huerto del edén. A raíz de la desobediencia que el hombre tuvo contra Dios, generó en la naturaleza del ser humano una gran contaminación, tanto, que Romanos 5:12 nos revela que de ahí en adelante todo ser humano (a excepción de Jesucristo) obtiene una herencia contaminada, lo que llamamos naturaleza pecaminosa. Esta naturaleza es la que nos impulsa a estar siempre en contra de la ley de Dios, a querer ser rebeldes ante Su Autoridad y a persistir cometiendo pecado.
Sin embargo, su palabra nos dice que fuimos rescatados de esa vana manera de vivir gracias a la preciosa sangre de Jesucristo, ese cordero sin mancha y sin contaminación que se ofreció en aquella cruz por amor a nosotros como sacrificio perfecto para satisfacer la justicia de Dios (1 Pedro 1:18-19). Dado lo anterior, es que por la fe en Jesús, tú y yo podemos disfrutar ahora de una nueva condición, pues somos:
• Redimidos: Libres de la esclavitud del pecado porque Jesucristo pagó el precio.
• Reconciliados: Podemos tener una relación íntima, personal de amor con Dios.
• Identificados con Cristo: Todo lo que es verdad acerca de Él, viene a ser verdad en nosotros por la obra de su Santo Espíritu.
• Santificados: Apartados como posesión de Dios para siempre.
• Justificados: Justos delante de Dios por nuestra fe en Jesús.
• Regenerados: Al nacer de nuevo, tenemos un espíritu vivo que nos permite pasar de ser egocéntricos a ser Teocéntricos.
Y todo esto nos lo ha dado el Señor Jesús como un regalo, como un don inmerecido; para que lo disfrutemos y vivamos, ya no conforme al viejo hombre que solo está viciado de pecado, sino conforme a la justicia y santidad que por Cristo nos ha sido entregado (Efesios 4:22-24)
La pregunta es: ¿Cómo seguiremos viviendo de ahora en adelante? ¿Bajo la ignorancia? o ¿bajo la santidad? Pues si hemos creído en Él, la palabra de Dios nos dice que como justos, debemos caracterizarnos por vivir en fe y lo que esto implica, pues al hacerlo estaremos siendo; no como los que se vuelven atrás y acaban por perderse viviendo bajo la ignorancia; sino, de los que tienen fe y viven por ella para preservación del alma (Hebreos 10:38a-39)
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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