De perseguidor a perseguido. Parte 2
2020-08-11
1. Oración inicial
«Señor, indícame el camino que debo seguir, te entrego a ti todas mis metas para que sean ajustadas de acuerdo a tu propósito, cambia la dirección de mi vida, rumbo a ti y a hacer tu voluntad. Amén.»
2. Lee la palabra de Dios
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.”, Hechos 9:3-7
3. Reflexiona
Pablo, camino a Damasco, con el objetivo de perseguir a los que seguían la fe, tuvo un encuentro personal con el Señor Jesucristo, quien le dijo “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. El Señor lo derribó de su religiosidad y orgullo, para que comenzara a servirle, y pasó de ser perseguidor a perseguido por causa de aquello que al principio perseguía (Colosenses 1:13).
Nosotros necesitamos también caer de nuestra autosuficiencia, nuestro orgullo, nuestra prepotencia, que nos hace perseguidores de Cristo, cambiar el rumbo que estamos llevando en nuestra vida y caminar en la voluntad de Dios; diligentemente vamos camino a conseguir nuestras metas personales y profesionales, damos prioridad a los afanes de la vida, pero, ¿qué de las metas espirituales?
Pablo pasó de ser un diligente y esforzado perseguidor de Cristo (Filipenses 3:5-6), a uno de los más diligentes y productivos siervos de Jesús, por la gracia de Dios, que actuaba en él (1 Corintios 15:10), llevando el mensaje de salvación por todo el mundo de esa época; ahora en este tiempo, nosotros estamos llamados a levantarnos y entrar en todas las ciudades del mundo, que el mismo Jesús resucitado nos dirá lo que debemos hacer.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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